Turismo activo
La isla de la Gomera es conocida por su naturaleza milenaria, su tranquilidad y seguridad, su geografía repleta de espectaculares acantilados con playas a sus pies y, por supuesto, sus senderos, caminos que permiten visitar la belleza y variedad de paisajes de toda la isla. Un entorno natural que invita a disfrutar de una oferta turística activa y atractiva. Cicloturismo, rutas a caballo, buceo y descenso o la observación de aves y cetáceos. Siempre de la mano de la naturaleza.
Senderos para todos los deportes
Son más de 650 kilómetros de senderos los que cruzan La Gomera de punta a punta y forman una red de caminos perfecta para llegar a cualquier destino. Pero su finalidad va mucho más allá de ser únicamente un lugar de tránsito y, por supuesto, no solo a pie pues desde hace años existen siete rutas de senderos aptas para la práctica del cicloturismo. Caminos rurales y carreteras en perfecto estado complementan los senderos para llegar a formar escapadas en bicicleta alrededor de los frondosos bosques y los parques naturales que caracterizan la isla.
Si la bicicleta no es el mejor aliado, los senderos también pueden servir como pista de atletismo: rutas por donde correr con vistas a auténticos regalos de la naturaleza, como puede ser el Parque de Garajonay, los miradores en la parte más alta de los acantilados o las playas de arena negra, herederas de los volcanes que habitaron el archipiélago hace miles de años.
Naturaleza y deporte
Otra opción, para quien busque deportes con mayor carga de adrenalina y riesgo, son la escalada, el parapente o el descenso. El lugar ideal para encontrarlos es Roque Cano, al norte de la isla, donde su muro en la vertiente de la derecha se ha convertido en un lugar habitual para practicar la escalada. Se encuentra en el barranco de Vallehermoso y junto al Roque Agando, cuenta con tramos de hasta 250 metros de altitud. Para poder escalar se necesita un permiso especial debido a su gran valor y su reconocimiento como Monumento Natural, pero si se consigue llegar a la cima, se puede firmar en los libros de cumbre y dejar para el recuerdo la hazaña lograda.
Y como todo lo que sube acaba bajando, la opción de practicar descenso se ha convertido en un habitual en la isla. Las paredes verticales ofrecen múltiples posibilidades para su práctica, desde roques hasta barrancos. Una manera distinta de descender es practicando el Salto del Pastor, una técnica que los pastores tuvieron que desarrollar para esquivar la orografía de la isla. Mediante una vara larga de madera, llamada astia, a la que se le coloca una punta metálica, el pastor supera subidas y, sobre todo, bajadas y laderas con la vara como guía y acompañante. En la actualidad se ha convertido en una actividad muy buscada entre turistas y cuenta con un creciente grupo de aficionados locales.
Deportes acuáticos
Sus aguas puras y cristalinas son otro de los grandes aliados y atractivos para la práctica del deporte en la isla y las actividades en el mar se han ido multiplicando con los años. Deportes para todos los públicos, como pueden ser la oportunidad de practicar kayak o vela en las bahías más tranquilas de la isla.
Para los más atrevidos, bucear en los fondos marinos de La Gomera es casi obligatorio. La transparencia de las aguas permite una visibilidad de hasta 30 metros de distancia bajo el mar, ofreciendo un espectáculo de color y vida en cada inmersión. Peces trompeta, peces loro o peces tigre componen, junto a morenas pardas y negras, peces globo e incluso langostas y bogavantes un escenario digno de admirar. Con algo de suerte se puede ver también alguna de las cinco especies de tortugas marinas que frecuentan la isla, así como mantas y tiburones martillo. Una experiencia para toda la vida.
Además de la riqueza de sus aguas, la particular orografía submarina de La Gomera también tiene sus peculiaridades. Se pueden encontrar formaciones rocosas, puentes, gargantas, montañas e incluso localizar preciosas cuevas ocultas con millones de años de antigüedad. Los mejores lugares para practicar submarinismo se encuentran en la zona sur de la isla, en San Sebastián o Valle Gran Rey. Las mareas, algo más fuertes en la costa norte, son siempre un aspecto a tener en cuenta a la hora de entrar en el agua pero, para los más expertos, es en este punto de la isla donde se puede disfrutar de los fondos más espectaculares.
